martes, 27 de marzo de 2012

El Papa guía a Cuba

La visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, con motivo del 400º aniversario del culto a la Virgen de la Caridad del Cobre, se muestra como una nueva oportunidad para la isla de salir de la tiranía comunista sin derramar sangre. El Papa, de manera exacta, ha insistido en su discurso en la necesidad de que Cuba y los cubanos se dejen guiar por “la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación”. Así, el Santo Padre ha hecho un boceto del camino correcto a seguir ahora que el ocaso del comunismo cubano es innegable hasta por sus más acérrimos defensores. Han sido fundamentales las palabras del Papa en las que ha hecho hincapié en que Cuba debe mirar sin miedo al futuro, destacando el papel esencial que debe jugar la Iglesia en un país que, a pesar de llevar más de medio siglo bajo el yugo comunista y varias décadas oprimido por el injustificable bloqueo norteamericano, ha mantenido su fe en Cristo. Benedicto XVI tampoco ha olvidado en su discurso ni a los presos ni a los exiliados.

Sin embargo, una facción de éstos recibieron el anuncio de la visita papal a su país como un jarro de agua fría: según justificaban, creían que la visita sólo iba a servir para dar oxígeno al régimen castrista. Es decir, ignoraban la realidad y la fe mayoritaria de sus compatriotas y la necesidad de su país de recibir a, ni más ni menos, el Vicario de Cristo. No veían la utilidad para sus intereses en que un guía espiritual ayude siquiera con su presencia a los cubanos, sumidos en una pobreza en la que no poca parte de responsabilidad no la tienen los Castro. Para esta facción de exiliados, el presente de Cuba o incluso su futuro no son importantes si no pasan por cumplir los planes que ellos tienen para la isla, y la pobreza de los cubanos no parece preocuparles mucho más allá de hasta donde pueda beneficiarlos a ellos de modo propagandista.

Qué diferencia, sin embargo, con Berta Soler, representante de las Damas de Blanco, un importante grupo de la disidencia cubana, que ha mostrado su deseo de hacer llegar al Papa Benedicto XVI los nombres de presos políticos y relatarle, si hubiese ocasión, las humillaciones que han recibido algunas mujeres por acudir a la misa dominical. Sin embargo, ni Berta Soler ni Oswaldo Payá, uno de los líderes de la disidencia, en ningún momento han puesto al Papa en el disparadero ni han argumentado nada en contra de la visita papal sino, muy al contrario, están orgullosos y agradecen al Santo Padre su viaje a la perla del Caribe.

Benedicto XVI, ajeno a las luchas espurias entre el capitalismo y el marxismo, ha delineado con sus palabras y con su presencia un proyecto de unión y concordia para los cubanos y para Cuba: justicia, paz, libertad y reconciliación. Ojalá sepan los cubanos seguir el consejo del Papa y liberar, así, a Cuba de toda influencia torticera.
Cruzando el Rubicón

1 comentario:

  1. Al final se debatirá en la ONU, si es que no se ha hecho ya, si Dios es de izquierdas o de derechas.

    Que los cubanos tengan suerte con el camino que elijan, pues está en su mano, y sólamente en ella, el decidir cómo avanzar para el futuro.

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