Las estadísticas siempre me han parecido un tanto vacías,
casi como una prostituta en busca de clientes. No se me escandalicen: son datos
y más datos que simplemente se ofrecen al mejor postor para que haga lo que le
salga del mondongo con ellos. No se ciñen más que a unas reglas aritméticas
que, además, los sociólogos flexibilizan como si fuesen contorsionistas para,
efectivamente, poner las cifras al servicio de quien corresponda. Y las peores
estadísticas son las que tratan sobre los seres humanos -la mayoría o, al
menos, las que más interesan al respetable-. Estos cálculos traen y llevan los
comportamientos, gustos, querencias y tendencias, actitudes, omisiones,
caprichos y necesidades de las personas y juegan con ellas hasta convertirlas
en un blandiblú mugriento. Las usan, no nos engañemos, como meros instrumentos
para hacer cantar lo que al director de orquesta, sociólogo, le apetezca.
Pues bien, ha salido una estadística de ésas sobre el año
2010 que trata, agárrense, del número de suicidios habidos en España. Sí,
personas que se han quitado de fumar, fíjense qué tema tan agradable para
tratarlo en las sobremesas familiares. Y con una concreción que raya lo
obsceno: que si tantos se han colgado, otros se han lanzado al vacío, para los de
acá con un tiro ha sido suficiente y los de allá han buscado la inestimable
ayuda de venenos, drogas y medicamentos varios. Casi, casi como quien habla del
goal average en la liga de fútbol, del
número de triples encestados por el jugador mengano o la velocidad media del
ciclista zutano. Una hermosura y un desparpajo frívolos, extremadamente
frívolos.
Pero juguemos a pájaros de mal agüero, y con sus reglas, a
ver qué pasa. Ya les he dicho que nos cuentan las formas de picarse el billete
a uno mismo que han tenido los afortunados protagonistas de la estadística.
También nos detallan los tramos de edad y las distancias absolutas y relativas
entre unos números tan fríos como los cadáveres de los que hablan. Tres por
debajo de los 15 años, vaya, qué curiosidad científica tan grande. Se les
olvida decir, eso sí, que no es la primera causa de muerte en España sino, muy
de lejos, la segunda: 3.145 suicidados contra más de 100.000 abortados. Pero no
nos distraigamos con detalles que a nadie importan -y si no es así, si a
alguien les importan, que lo demuestre- y vayamos al premio gordo: allá, en la parte baja de la noticia, ya en la cola que no lee mucha gente, nos aseguran que del total de
suicidados en 2010, 2.456 son varones por 689 mujeres. Repito: aproximadamente
el 80% de los suicidados son varones y tan sólo el 20% mujeres. Sobre una
población en la que la proporción entre sexos es, más o menos, del 49% de varones
por el 51% de mujeres.
¿Creen ustedes que alguien se pregunta cuál es el porqué de
semejante desproporción, qué puede causar un desfase de tal calibre? Pues no:
unos listísimos profesores y catedráticos nos cuentan que, claro, es que las
mujeres se cuidan más. Y sanseacabó con el temita. Que ya molesta. No, no, ni
se les ocurra pensar que detrás de la divergencia atroz puedan estar las
distintas leyes de ideología de género, bonito palabro, que cascan al varón
imputado -ni siquiera acusado ni, por supuesto, condenado- como medidas cautelares las medidas condenatorias. Que nadie sospeche
que el dejar al varón en la calle pagando la hipoteca de la casa y la letra del
coche, la manutención de unos hijos que nunca volverá a ver y la pensión a su
mujer, que es quien lo ha acusado de cosas bárbaras, y todo antes de haberse probado absolutamente nada, digo que nadie sospeche que todo eso pueda tener nada que
ver con que por cada mujer que se suicida lo hacen cuatro varones. No, pensar
esas cosas puede ser calificado de conducta antisocial, o machista, o carcamal.
Señoras, señores, ése es el nivelico que tenemos y así es
como, irremediablemente, nos va. ¿No les da un pelín de miedo? Pues ya pueden
temblar con ganas porque motivos hay más que de sobra.
Diego Garijo
Vicepta de la Plataforma Ciudadana por la Igualdad: "En 2006 el 80% de los hombres que se encontraban en proceso de divorcio se suicidaron. Estas cifras son oficiales y dejaron de publicarse. En 1999, antes de la ley, se suicidaron 17 mujeres y 72 hombres. En el 2005 después de la ley, se suicidaron 89 mujeres y 638 hombres. Ya no ha habido más datos oficiales".
ResponderEliminarhttp://www.abcdesevilla.es/20101101/sevilla/suicidios-violencia-genero-superan-201010311920.html
Absurdo y disparatado ese dato: ¡¿el 80% de hombres que se estaban divorciando se suicidaron?! ¿No son muchos? Hay leyes injustas hacia el varón, y por lo tanto, injustas en general, reprochables. De ahí a que el suicidio de muchos jóvenes -adolescentes, preadolescentes, y adultos de distintos los estados civiles-, ancianos, niños, enfermos mentales y/o físicos se deba a la injusticia de la ley media un abismo. Hay demasiadas falsedades y prejuicios en este artículo. Peor para todos.
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