Mientras esto ocurría y los autodenominados representantes de los trabajadores traicionaban a estos mismos por mantener la inmensa cantidad de dinero que hasta ahora han gestionado, y el Gobierno engañaba a todo el país por alcanzar las exigencias extranjeras que en nada están preocupadas por la dignidad de los españoles, los palmeros de un bando o de otro han ido alimentando los odios entre las dos españas buscando, quién sabe, unos mejores contratos de publicidad o nuevas licencias desde las que hacer negocio.
Los españoles, en definitiva, están siendo manipulados, desinformados, maltratados, humillados y despreciados para conseguir que, bajo ningún concepto, puedan dar la respuesta que se merece el sistema, auténtico culpable de la crisis que padecemos. Ni los partidos políticos ni los sindicatos creen representar a nadie y tan sólo trabajan -con honrosas excepciones en los sindicatos- para mayor gloria de un sistema ya caduco y podrido. No es en ellos, pues, en quienes los españoles puedan buscar apoyo para sus justas y legítimas reclamaciones. Sencillamente, hay que buscar otros caminos, otras sendas, y un nuevo sistema.
Cruzando
el Rubicón
¿La solución está en cambiar el sistema o en cambiar cada uno su vida, su compromiso con el prójimo, o sea, con uno mismo, viviendo los valores que nos humanizan?
ResponderEliminarSin lo segundo, no crearemos un sistema mejor.
¿Qué es el sistema? ¿España dispone hoy día de la suficiente soberanía para cambiarlo, o el margen de actuación es muy pequeño?
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